Primera vez en Ecuador: Ballena franca austral documentada en aguas del Pacífico

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La ballena franca austral (Eubalaena australis), una especie en peligro crítico de extinción, ha sido registrada por primera vez en Ecuador, ampliando su distribución hacia el norte. Con menos de cincuenta ejemplares adultos en la región del Pacífico Sur Oriental, esta especie había sido documentada previamente solo desde Chile hasta el centro de Perú. El reciente hallazgo marca un importante avance en el estudio de estas criaturas, que según los científicos, podría indicar una recuperación de su población.

El descubrimiento fue realizado por un equipo de biólogos, encabezado por Cristina Castro, experta en ballenas. La investigación, publicada en un artículo científico, revela dos avistamientos y un varamiento ocurridos entre 2022 y 2023 en las costas ecuatorianas, específicamente en Puerto López (Manabí) y en la playa Tongorachí (Esmeraldas). Lo más destacado de estos avistamientos es que fueron registrados ejemplares de madre e hija, lo que sugiere una posible recuperación de la especie. Según Castro, esto implica que la población podría estar aumentando, una buena noticia para los esfuerzos de conservación.

Hasta ahora, la presencia de esta ballena en aguas tropicales era desconocida, pues su hábitat tradicional se limitaba a aguas frías en el sur. Sin embargo, el cambio climático y la fase inusual de La Niña podrían estar influyendo en la expansión de su rango, permitiéndoles llegar más al norte, en busca de alimento. Este fenómeno climático ha alterado las condiciones de las aguas, haciéndolas más frías de lo habitual y favoreciendo la migración de estas ballenas hacia nuevas áreas.

Los avistamientos ocurrieron en zonas cercanas al Parque Nacional Machalilla, conocido por su riqueza marina y sus esfuerzos de investigación en conservación. El primer avistamiento fue el 11 de septiembre de 2022, cuando una madre y su cría fueron observadas cerca de la isla Salango. Los biólogos estimaron que la ballena adulta medía entre 12 y 14 metros, basándose en el tamaño de las embarcaciones cercanas.

El segundo avistamiento ocurrió en agosto de 2023, en la costa del islote Sucre, en el mismo parque. Los testigos de este avistamiento, que formaban parte de un tour de avistamiento de ballenas, pudieron observar a las ballenas a tan solo 10 metros de distancia. Sin embargo, también se reportó un incidente trágico: un ejemplar de cría de ballena franca austral apareció varado y muerto en la playa Tongorachí, lo que resalta las amenazas a las que se enfrentan estas criaturas, como las redes de pesca y otros riesgos humanos.

El avistamiento y varamiento de esta especie en las costas ecuatorianas añade un capítulo más a una historia de interacción humana con la fauna marina. De hecho, los primeros informes de la presencia de esta ballena en aguas ecuatorianas datan de 1926, cuando el noruego August Christensen documentó su presencia en las costas del país. Aunque en ese entonces las observaciones fueron ignoradas, más tarde estudios adicionales confirmaron la posible presencia histórica de la ballena franca austral en el Pacífico Sur Oriental. Sin embargo, la sobreexplotación de la especie por flotas balleneras durante los siglos XVIII y XIX, así como la caza indiscriminada en el siglo XX, llevaron a una drástica disminución de su población.

Este descubrimiento en Ecuador también refuerza la hipótesis de que la especie podría estar en proceso de repoblación. Como ocurre con otras especies de ballenas, como la ballena jorobada, la población de ballenas francas australes podría estar expandiendo su área de distribución a medida que se recupera. Esto abre la posibilidad de que, en el futuro, más ejemplares de esta especie puedan regresar a las aguas de Ecuador, un cambio positivo para la conservación marina.

Los expertos consideran que estos nuevos avistamientos y varamientos reflejan la necesidad urgente de continuar con los esfuerzos de monitoreo y conservación. A pesar de los avances, la especie sigue siendo extremadamente vulnerable a las amenazas humanas, como la contaminación y las interacciones con la industria pesquera.

En resumen, el hallazgo de la ballena franca austral en Ecuador es un paso positivo en la conservación de esta especie en peligro de extinción. Sin embargo, se requieren más esfuerzos para garantizar su protección y monitoreo en el futuro. Este descubrimiento también refuerza la importancia de estudiar los efectos del cambio climático en los patrones de migración de las especies marinas y su impacto en la biodiversidad global.

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