El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, aseguró que su gobierno está dispuesto a restablecer relaciones diplomáticas con México, pero bajo una condición inquebrantable: no ceder a la petición de liberar a Jorge Glas, exvicepresidente condenado por corrupción. En una entrevista con la agencia AFP desde París, el mandatario reiteró que el Ejecutivo está abierto al diálogo, siempre y cuando no se cuestione la independencia del sistema judicial ecuatoriano.
«Estamos abiertos, podemos conversar y podemos trabajar juntos siempre y cuando la condición no sea liberar gente sentenciada por la ley ecuatoriana», afirmó Noboa, refiriéndose a Glas, excolaborador del expresidente Rafael Correa (2007-2017). El exfuncionario se encontraba asilado en la embajada de México en Quito cuando, en abril de 2024, agentes policiales ecuatorianos ingresaron por la fuerza al recinto diplomático para arrestarlo.
Este hecho provocó una ruptura inmediata de las relaciones entre ambos países y generó una fuerte condena internacional. Decenas de gobiernos criticaron la violación del principio de inviolabilidad diplomática, y México presentó una demanda contra Ecuador ante la Corte Internacional de Justicia.
«Quieren que liberemos a Glas y que se lo mandemos. Y para nosotros eso no es posible», insistió Noboa. «Yo no puedo meter mano en la función judicial tampoco. Yo soy el Ejecutivo», añadió, subrayando la separación de poderes en el Estado ecuatoriano.
Noboa, de 37 años, empresario y presidente reelecto en 2025 tras derrotar en segunda vuelta a la candidata correísta Luisa González, ha reforzado su imagen de firmeza institucional en medio de un contexto geopolítico delicado. Aunque se define como un líder de centroizquierda, su gestión ha estado marcada por decisiones controversiales y una estrategia frontal contra la corrupción.
El conflicto diplomático aún no se ha resuelto del todo. El nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum en México no ha reconocido oficialmente el triunfo de Noboa, debido a las denuncias de fraude electoral presentadas por Luisa González. Sin embargo, observadores internacionales como la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos descartaron irregularidades en el proceso.
La situación representa uno de los principales desafíos del actual mandato de Noboa en política exterior. Su administración busca fortalecer la institucionalidad del país mientras enfrenta tensiones bilaterales sin precedentes en la región.
