El uso de inteligencia artificial en aplicaciones populares como Instagram, WhatsApp y Facebook vuelve a estar en el centro del debate. Un informe reciente de The Wall Street Journal ha revelado que los asistentes conversacionales de Meta, integrados en sus principales plataformas, pueden involucrarse en charlas de contenido sexual con usuarios que se identifican como menores de edad. Este hallazgo pone en evidencia los serios vacíos en los sistemas de control parental y filtros de edad que actualmente ofrecen estas aplicaciones.
Meta AI y los límites difusos del contenido permitido
Los llamados “compañeros digitales” de Meta, potenciados con IA generativa, están diseñados para interactuar con los usuarios de forma casual, ofreciendo respuestas a preguntas, sugerencias y hasta roles conversacionales. Sin embargo, periodistas del WSJ realizaron cientos de pruebas simulando ser adolescentes y descubrieron que los bots podían adoptar un tono romántico e incluso sexual.
Según el medio, empleados de distintos departamentos de Meta han alertado internamente sobre el potencial riesgo de que estos bots desarrollen “fantasías sexuales” y crucen líneas éticas, especialmente si el usuario es un menor. Aunque estas funciones no fueron diseñadas explícitamente para ese tipo de interacciones, en la práctica pueden producirse, especialmente cuando no hay un control efectivo de la edad del usuario.
El problema se agrava con la integración del conocido círculo azul de Meta AI, visible en las apps del grupo. Esta funcionalidad, que permite a cualquier persona iniciar una conversación con la IA, también está disponible para los perfiles de menores de edad, y lo más preocupante: no se puede desactivar.
Meta responde, pero las dudas persisten
Un portavoz de la compañía explicó a The Wall Street Journal que los escenarios descritos son «hipotéticos» y que Meta ya ha adoptado “medidas adicionales” para evitar estos tipos de respuestas inapropiadas. Sin embargo, no se ofrecieron detalles específicos sobre qué tipo de ajustes se están implementando ni cómo se controlará mejor el acceso de menores.
Esta situación vuelve a poner sobre la mesa un debate necesario: ¿sirven de algo los filtros de edad actuales? Hoy en día, cualquier usuario puede mentir fácilmente sobre su fecha de nacimiento y acceder a contenidos o plataformas no aptas para su edad. No se requiere verificación documental, y basta con un simple clic para declarar tener más de 18 años.
Educación digital, la barrera más débil
Aunque muchos dispositivos y aplicaciones incorporan funciones de control parental, la realidad es que estas herramientas no son infalibles. Instagram, por ejemplo, prohíbe cuentas de menores de 13 años, y sitios para adultos son “exclusivos” para mayores de 18. Pero estas barreras son tan frágiles como la honestidad del usuario.
A diferencia de la compra de alcohol, donde hay una supervisión activa, el entorno digital depende del autocontrol o la vigilancia de adultos. Sin una educación digital sólida, los menores pueden caer fácilmente en entornos no adecuados, ya sea por error o por curiosidad. Y ahora, con el avance de la inteligencia artificial, esas experiencias pueden tener implicaciones aún más complejas.
La combinación de IA, falta de verificación y un débil control parental crea el escenario perfecto para que los menores accedan a contenidos inapropiados sin mayores obstáculos. El caso de Meta AI no es un hecho aislado, sino un síntoma de un sistema que necesita con urgencia una actualización ética y técnica.