Mientras el mundo enfrenta crisis climáticas, inestabilidad geopolítica y avances tecnológicos descontrolados, algunos de los empresarios más influyentes del planeta ya están planeando cómo sobrevivir a un eventual colapso global. Así lo advierte Douglas Rushkoff, escritor y analista cultural, en su libro Survival of the Richest: Escape Fantasies of the Tech Billionaires.
Según Rushkoff, figuras como Jeff Bezos, Elon Musk, y otros líderes del sector tecnológico están invirtiendo millones de dólares en estrategias de supervivencia para lo que denominan simplemente como “el evento”: una posible catástrofe que podría ir desde un colapso climático hasta una crisis nuclear o el colapso de los sistemas financieros globales.
Invitado alguna vez a una charla privada con cinco ejecutivos tecnológicos de alto perfil, Rushkoff relata que lo convocaron no para debatir sobre cómo evitar una crisis global, sino para encontrar soluciones individuales ante un mundo que podría dejar de funcionar. “Querían saber cómo protegerse del colapso social, cómo controlar a sus empleados armados en los búnkeres y cuál sería la mejor ubicación geográfica para sobrevivir”, explicó el autor.
Entre las opciones que estos multimillonarios consideran como plan B se encuentran refugios subterráneos de lujo en Nueva Zelanda, islas privadas autosuficientes, colonias en Marte o incluso estaciones espaciales habitables. Musk, a través de su empresa SpaceX, ha sido claro en su intención de colonizar Marte como una vía para preservar la especie humana. Bezos, por su parte, ha promovido su visión de grandes estructuras espaciales habitables a través de Blue Origin.
Para Rushkoff, esta mentalidad refleja una peligrosa desconexión entre la élite tecnológica y la mayoría de la humanidad. “Se están preparando para escapar en vez de arreglar el mundo que están ayudando a desestabilizar”, sostiene.
El fenómeno que describe el autor no es exclusivo de la ciencia ficción: empresas como The Oppidum y Vivos ya ofrecen soluciones habitacionales de alta seguridad para millonarios que quieren estar listos para el apocalipsis. Los precios oscilan entre los 2 y 15 millones de dólares, e incluyen sistemas de energía renovable, despensas de alimentos para décadas y defensa militar privada.
Este enfoque elitista ha generado críticas de científicos y expertos en ética tecnológica, quienes advierten que se debe invertir más en soluciones colectivas que en escapismos individuales. El colapso global, dicen, no será selectivo, y preparar a unos pocos no garantiza la supervivencia de la civilización.
