Autoridades ucranianas han denunciado una preocupante estrategia de sabotaje desarrollada por agencias rusas: la utilización de adolescentes y jóvenes ucranianos para transportar explosivos sin conocer su contenido. Esta táctica forma parte de una guerra encubierta que busca desestabilizar a Ucrania desde el interior, usando canales de mensajería como Telegram para contactar a personas vulnerables.
Uno de los casos más alarmantes es el de Oleh, un joven de 19 años, que fue contactado en redes sociales para entregar un supuesto paquete en una ubicación específica. A cambio, le ofrecieron una suma de dinero. Sin embargo, al manipular el objeto, descubrió que se trataba de un artefacto explosivo, con cables y componentes listos para ser detonados a distancia. Este tipo de incidentes ha comenzado a replicarse con frecuencia en varias ciudades del país.
Desde 2024, se han registrado más de 700 detenciones relacionadas con actos de sabotaje. De estos, aproximadamente el 25 % son menores de edad, algunos incluso de tan solo 12 años. Muchos de ellos fueron reclutados bajo promesas de fácil remuneración, sin entender que estaban participando en operaciones terroristas.
Cómo operan los reclutadores
Los responsables del reclutamiento, identificados como operadores del GRU y del FSB, utilizan una táctica escalonada. Primero ofrecen tareas simples, como tomar fotografías o distribuir propaganda. Luego, una vez establecida la confianza, solicitan transportar objetos, muchas veces explosivos. Estos artefactos pueden incluir teléfonos móviles integrados para su activación remota y mecanismos de rastreo GPS.
En la región de Ivano-Frankivsk, dos adolescentes fueron víctimas de una explosión mientras manipulaban un paquete sospechoso. Uno murió en el acto; el otro sufrió heridas graves. Según investigadores, ambos habían sido convencidos a través de Telegram para cumplir la tarea sin conocer su verdadero contenido.
Medidas de prevención
Ante este patrón creciente, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) ha intensificado las campañas de concienciación. Se están difundiendo advertencias en escuelas, enviando mensajes SMS y distribuyendo carteles con mensajes como “Si te piden llevar algo sin explicarte qué es, puede ser una trampa”. También se ha habilitado un chatbot para denunciar posibles intentos de reclutamiento.
La estrategia rusa no solo pone en peligro a la juventud ucraniana, sino que también representa un desafío creciente para la seguridad nacional, al utilizar a civiles como instrumentos involuntarios de sabotaje. Expertos en seguridad han advertido que esta táctica podría replicarse en otros países europeos mediante redes sociales.