Guayaquil, Ecuador – En un esfuerzo por retomar el control de los centros de privación de libertad, militares y personal del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI) llevaron a cabo un contundente operativo en la Penitenciaría del Litoral el pasado fin de semana. La intervención resultó en el decomiso de una considerable cantidad de objetos prohibidos, incluyendo celulares y droga, que continuaban ingresando al complejo carcelario.
Durante la operación, que se realizó con el objetivo de erradicar los elementos que alimentan la violencia y el crimen organizado dentro de las prisiones, se inspeccionaron varias celdas de este vasto centro carcelario. La presencia de teléfonos móviles y sustancias estupefacientes es una problemática constante en las cárceles ecuatorianas, facilitando la planificación de delitos desde el interior y la coordinación de extorsiones y otros actos ilícitos hacia el exterior.
La magnitud de la intervención fue notable, ya que contó con la participación conjunta de todas las ramas de las Fuerzas Armadas del Ecuador: el Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada. Esta presencia coordinada subraya la prioridad que el Estado ecuatoriano está dando al restablecimiento del orden en el sistema penitenciario, considerado un punto neurálgico en la crisis de seguridad nacional.
El hallazgo de estos artículos prohibidos es un indicio de la persistencia de las redes de corrupción y las vulnerabilidades en los filtros de seguridad de la Penitenciaría. A pesar de las intervenciones recurrentes y la declaración de estado de conflicto armado interno, que otorga a las Fuerzas Armadas un rol activo en el control de las cárceles, los delincuentes continúan encontrando formas de introducir estos elementos.
El decomiso de droga es fundamental para golpear las finanzas de las bandas criminales que operan dentro y fuera de las prisiones. El control de los celulares, por su parte, es crucial para desarticular las redes de extorsión y sicariato que se orquestan desde los pabellones. Cada teléfono incautado es una herramienta menos para la planificación de crímenes y un paso más hacia la desarticulación de estas estructuras.
Las autoridades del SNAI, en conjunto con los militares, continuarán realizando estos operativos de forma regular. El objetivo es mantener una presión constante sobre los internos y sus colaboradores externos, cortando las vías de comunicación y abastecimiento ilegal. La normalización del sistema penitenciario es una pieza clave para la pacificación del país y la reducción de los índices de criminalidad en las calles. La sociedad ecuatoriana exige que estos esfuerzos se traduzcan en un control efectivo y duradero sobre las cárceles.