La Policía Nacional ejecutó la operación Malasia este miércoles 19 de marzo, lo que resultó en la captura de 21 personas vinculadas a Los Sandritos, una organización criminal que operaba desde Puerto Bolívar, en la provincia de El Oro. Esta banda, asociada con Los Lobos Espejo, se encargaba principalmente del tráfico de drogas y de armas, que distribuían en varias provincias de Ecuador, como Esmeraldas, Tungurahua, y otras regiones del país.
El grupo criminal utilizaba un corredor narcotraficante que conectaba Machala con diferentes zonas del Ecuador, empleando vehículos para transportar grandes cantidades de sustancias ilícitas. Además, los miembros de la banda empleaban caletas en vehículos y bodegas clandestinas para almacenar armamento de alto calibre, que luego era distribuido a otros grupos delictivos.
El modus operandi de Los Sandritos y su estructura organizada
La investigación, que duró siete meses, reveló que la organización estaba altamente estructurada y operaba de manera clandestina utilizando empresas fachada. A través de contactos en el puerto de Puerto Bolívar, lograban facilitar el ingreso y salida de cargamentos ilegales. Las autoridades también descubrieron que utilizaban vehículos modificados con compartimientos secretos para trasladar tanto la droga como las armas.
Los Sandritos no solo se dedicaban al narcotráfico, sino también al abastecimiento de armas y municiones a otros grupos vinculados al crimen organizado. El arsenal que distribuían incluía armamento de alto calibre, explosivos y municiones, con los cuales alimentaban la violencia en las provincias que controlaban. De acuerdo con la Policía Nacional, el armamento estaba destinado a reforzar las organizaciones criminales en Esmeraldas, Tungurahua y Sucumbíos, regiones donde los enfrentamientos entre bandas rivales por el control de territorios han aumentado en los últimos años.
Operación Malasia y el impacto en el crimen organizado
Durante la operación Malasia, las autoridades lograron la detención de tres líderes clave de la banda, entre ellos Sandro Z., alias Manguito; Eda Mónica H. B., alias Ágata; y José Luis I. C., alias Indio. Manguito se encargaba de coordinar el envío de la droga, mientras que Indio estaba a cargo de la distribución de las armas y municiones provenientes de la frontera con Perú. La intervención también dejó como resultado la incautación de más de 67.000 gramos de sustancias sujetas a fiscalización, así como un gran número de armas, municiones y explosivos listos para ser distribuidos.
Además de las capturas, la operación incluyó allanamientos en varias propiedades ubicadas en Machala, El Guabo y Guayaquil, donde se hallaron vehículos modificados para ocultar los cargamentos ilícitos. Según las investigaciones, el grupo utilizaba la violencia para mantener su control sobre las rutas de narcotráfico y asegurarse el dominio en la región, lo que ocasionó un incremento en los casos de sicariato y enfrentamientos armados.
Los resultados de la operación y su impacto en la seguridad
El desmantelamiento de Los Sandritos es un golpe significativo al crimen organizado en Ecuador. La Policía Nacional continúa investigando las conexiones de los detenidos y las redes que podrían haber facilitado su actividad delictiva en el país. Se espera que los implicados enfrenten cargos por narcotráfico, tráfico de armas y otros delitos graves. El impacto de la operación también se reflejará en la reducción de la violencia en las provincias afectadas por el narcotráfico y el crimen organizado.