A un mes del fallecimiento del expresidente Alfredo Palacio, su hija Ana María Palacio, cardióloga de profesión, reflexiona sobre el impacto que su padre dejó en el ámbito de la salud pública, la medicina y la política en Ecuador. En una entrevista concedida a este medio, Ana María resalta el compromiso de Alfredo Palacio con la salud nacional y su visión innovadora, que aún permanece vigente y puede ser retomada por cualquier gobierno.
Ana María Palacio subraya que uno de los aportes más significativos de su padre fue el diseño e impulso del plan de aseguramiento universal en salud. Este proyecto, desarrollado en colaboración con la prestigiosa Universidad Johns Hopkins, fue concebido como una estrategia técnica y sostenible para garantizar acceso equitativo a servicios de salud para todos los ciudadanos. A pesar del paso de los años, el plan permanece como una herramienta viable para fortalecer el sistema de salud ecuatoriano.
“El plan está ahí, está escrito, y el Ecuador ya pagó por él”, explica Ana María Palacio, recordando que su padre abandonó la Presidencia en 2007 sin buscar la reelección, motivado por una profunda convicción personal y ética, con la intención de dejar un legado que trascendiera su mandato. Esta decisión, señala, reflejaba la determinación de Alfredo Palacio por priorizar el bienestar de la población y avanzar en la modernización del sistema de salud pública.
Durante su gestión, Alfredo Palacio enfocó sus esfuerzos en consolidar un sistema de salud más inclusivo, basado en principios de sostenibilidad financiera y cobertura universal. El plan de aseguramiento universal contemplaba la implementación gradual de un esquema que permitiera a todos los ecuatorianos acceder a atención médica de calidad sin discriminación, algo que en la actualidad sigue siendo una necesidad prioritaria para el país.
La cardióloga también destaca que la visión de su padre fue adelantada a su tiempo y que, en la actualidad, con los avances tecnológicos y la infraestructura sanitaria disponible, Ecuador tiene las condiciones para retomar y ejecutar este plan. Según Ana María, lo que falta es la voluntad política para reactivar un proyecto que, asegura, sigue siendo “la mejor solución para una salud pública integral”.
En su testimonio, Ana María Palacio no solo reivindica el trabajo técnico y político de Alfredo Palacio, sino que también invita a las nuevas autoridades a considerar la implementación de este plan como un compromiso con la salud y el futuro de Ecuador. “Cualquier presidente puede poner en marcha este plan”, concluye, destacando que es una oportunidad para cerrar brechas en el acceso a la salud y mejorar la calidad de vida de todos los ecuatorianos.