El gobierno venezolano anunció este martes que enviará una delegación oficial a la ciudad de Roma para participar en las exequias del Papa Francisco, fallecido recientemente. En señal de respeto y duelo nacional, el presidente Nicolás Maduro también decretó tres días de luto en todo el país.
A través de un comunicado difundido por la Cancillería venezolana, se confirmó que altos funcionarios del Ejecutivo viajarán a la capital italiana para asistir al funeral que tendrá lugar en la Basílica de San Pedro, donde miles de fieles de todo el mundo ya rinden homenaje al líder espiritual de la Iglesia Católica.
“En nombre del pueblo venezolano y del gobierno bolivariano, expresamos nuestras más sinceras condolencias por la partida del Papa Francisco, figura que supo acercarse a los pueblos del sur global y predicar con humildad, justicia y compromiso social”, señala el documento oficial.
Nicolás Maduro, quien ha mantenido una relación intermitente con el Vaticano a lo largo de su mandato, elogió el legado de Jorge Mario Bergoglio y destacó su papel como defensor de los pobres y las causas sociales. “Fue un pastor del pueblo, un hombre que habló con valentía ante las desigualdades del mundo”, expresó el mandatario en sus redes sociales.
El decreto presidencial de luto establece que durante tres días las banderas ondearán a media asta en edificios públicos e instituciones oficiales, como muestra de respeto hacia el pontífice fallecido. Diversas diócesis venezolanas han convocado misas y actos conmemorativos en distintas ciudades del país, donde los fieles han expresado su pesar por la pérdida del Papa argentino.
Desde Caracas hasta Maracaibo, numerosos templos abrieron sus puertas para que los creyentes pudieran dejar flores, encender velas y elevar oraciones. “Francisco representaba esperanza para los pobres. Lo recordaremos como un Papa cercano y humano”, comentó María Elena Suárez, una devota que asistió a una misa especial celebrada en la Catedral de Caracas.
La delegación venezolana viajará a Roma en los próximos días para unirse a líderes de todo el mundo que rendirán homenaje a un Papa cuya figura trascendió las fronteras religiosas y políticas. Su legado sigue vivo en millones de fieles que lo reconocen como un símbolo de humildad, justicia y compasión.