En un contexto donde miles de mujeres en Ecuador enfrentan barreras estructurales para acceder a empleo o iniciar un emprendimiento, surge el Proyecto Ana, una iniciativa liderada por la primera dama Lavinia Valbonesi, que busca ofrecer formación, apoyo y oportunidades laborales a mujeres en situación de vulnerabilidad.
Desde su lanzamiento, el programa ha logrado impactar de forma directa en la vida de más de 90 mil mujeres a través de procesos de capacitación tanto presenciales como virtuales. Esta organización sin fines de lucro opera como una entidad autónoma y tiene como objetivo ofrecer herramientas concretas para que las beneficiarias puedan reconstruir sus vidas con dignidad y esperanza, como se expresa en su sitio oficial.
El Proyecto Ana se articula en torno a tres pilares fundamentales: prevención, formación y empleabilidad. La prevención incluye la contención emocional, asesoría legal y atención psicosocial para mujeres que han vivido situaciones de violencia o exclusión. En la parte formativa, se ofrecen cursos gratuitos sobre habilidades técnicas, emprendimiento, liderazgo, finanzas personales y más. Finalmente, el eje de empleabilidad facilita la vinculación directa con empresas que buscan incorporar talento femenino capacitado y comprometido.
Este esfuerzo se ha posicionado como un modelo de intervención social innovador, no solo por el alcance de su cobertura nacional, sino también por su enfoque integral. “Queremos que las mujeres no solo accedan a un trabajo, sino que se conviertan en líderes de sus propios proyectos de vida”, expresó Lavinia Valbonesi en una reciente entrevista.
Las interesadas pueden inscribirse en línea a través del sitio web oficial del proyecto, donde también se publican las convocatorias, cronogramas de talleres y testimonios de mujeres que ya han logrado transformar su situación gracias al acompañamiento de esta red solidaria.
Con una visión clara y un equipo multidisciplinario detrás, el Proyecto Ana continúa abriendo puertas a quienes más lo necesitan. En un país donde las desigualdades de género aún son evidentes, esta iniciativa se presenta como un puente real hacia la autonomía económica y la justicia social.