Durante la mañana del jueves 28 de julio el prefecto de Cotopaxi, Jorge Guamán, fue aprehendido bajo el operativo ‘Depuración 1′. El representante de Pachakutik es vinculado a procesos de delincuencia organizada.
Bajo las respectivas investigaciones, la presidenta de la Corte de Justicia de Cotopaxi dispuso prohibir la salida y presentaciones periódicas a Guamán mientras tarde el proceso. Por su parte, a los ocho procesados más, la magistrada aceptó disponer prisión preventiva y la retención de cuentas y prohibición de enajenar bienes.
En un comunicado de prensa publicado en sus redes sociales, la Conaie pidió que la justicia actúe de forma independiente y no con presiones políticas. También pidió celebración en las investigaciones en casos que relacionan al Ejecutivo, como el mismo caso Danubio que involucraría a Juan José Pons, alto cargo del gobierno.
Policía Nacional apunta que desde el 2014, fecha que Guamán tomó este cargo de Prefecto, se opera una estructura delictiva para altos funciones públicos, familiares, empresarios y amigos. Otro participante de este delito sería el alcalde de Latacunga, Byron Cárdenas.
Este último no fue detenido pero prestó toda la colaboración a los agentes al entregar documentación requerida; la alcaldía de a capital de Cotopaxi también fue allanada.
Según reseña el portal Primicias, las investigaciones indican varios posibles delitos : delincuencia organizada, concusión, testaferrismo, enriquecimiento ilícito, enriquecimiento privado no justificado y tráfico de influencias.
En 2014, Guamán, habría recibido dinero para su primera campaña por parte de personas que, posteriormente, llegaron a altos cargos. Uno de los casos es el chofer de la Universidad Técnica de Cotopaxi que llegó a ser directo Administrativo de la Prefectura.
Mientras que la esposa del prefecto habría sido la encargada de cobrar dinero por cargos de la entidad, así como renovar contratos. Finalmente, su hija habría estado a cargo de coordinaciones con empresas para la ejecución de contratos.
En en caso de su familia, en ambos casos, recibían grandes cantidades de dinero que también terminaban en bienes a nombre de testaferros, reseña el citado medio.