Paraguay refuerza su lucha contra el narcotráfico con la compra de aeronaves Super Tucano, en una decisión estratégica que busca contrarrestar la presencia de organizaciones criminales en su territorio. Las nuevas adquisiciones, del modelo A-29 Super Tucano fabricado por Embraer, forman parte de un plan de defensa nacional para aumentar el control en áreas críticas de frontera.
La compra fue anunciada oficialmente por el Ministerio de Defensa paraguayo, que destacó que las aeronaves estarán destinadas principalmente a operaciones de vigilancia aérea, patrullaje y ataque ligero contra estructuras del narcotráfico. Según fuentes oficiales, se priorizará el monitoreo de las zonas limítrofes con Brasil y Argentina, donde actúan grupos como el Primer Comando Capital (PCC), una organización criminal brasileña con fuerte presencia en el sur del continente.
“Estas aeronaves nos permitirán tener una respuesta rápida ante vuelos irregulares o actividades sospechosas en nuestro espacio aéreo”, aseguró el ministro de Defensa, Óscar González. También indicó que los Super Tucano cuentan con tecnología avanzada, capacidad de combate y autonomía de vuelo, lo cual resulta clave para reforzar la soberanía del país.
El Super Tucano es un avión turbohélice utilizado por varios países latinoamericanos en misiones de contrainsurgencia y vigilancia de fronteras. En el caso de Paraguay, su implementación responde a una necesidad urgente de contener el narcotráfico que opera en zonas con escasa presencia estatal, especialmente en el norte del país.
Según datos del gobierno, Paraguay es una de las rutas principales del tráfico de drogas hacia Brasil y Europa, debido a la porosidad de sus fronteras y la presencia de estructuras clandestinas de producción y logística. En este contexto, la capacidad de interceptar vuelos ilegales o monitorear pistas clandestinas cobra una relevancia táctica para las Fuerzas Armadas.
A esta medida se sumarán otras acciones, como la cooperación regional y el fortalecimiento del control terrestre con drones y vehículos blindados. La inversión total en el equipamiento militar, incluyendo los aviones, supera los 60 millones de dólares, y se prevé que las primeras unidades lleguen al país durante el primer semestre de 2026.