Padres solteros en Ecuador: 1,5 millones de hombres crían a sus hijos con esfuerzo, amor y compromiso

INFORMES

En Ecuador, más de 1,5 millones de hombres enfrentan uno de los mayores desafíos familiares: ser padres solteros. La cifra, revelada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), destaca que existen al menos 182.097 hogares liderados únicamente por padres sin cónyuge, lo que pone de manifiesto un fenómeno cada vez más visible en la sociedad ecuatoriana.

Estos hombres, en su mayoría separados, viudos o que decidieron criar solos a sus hijos, asumen con responsabilidad un rol que tradicionalmente se ha atribuido solo a las madres. Cuidar, educar y sostener a sus hijos día a día se convierte en un ejercicio constante de entrega, resiliencia y amor incondicional.

“Muchos de ellos asumen, con admirable compromiso, un doble rol: el de madre y padre. Esta situación implica no solo esfuerzo y dedicación, sino también un profundo amor hacia sus hijos”, explica Marco Acosta, docente de la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE).

Acosta señala que, aunque históricamente se ha invisibilizado el papel del padre soltero, hoy existen historias que demuestran que los hombres también pueden desempeñar de forma ejemplar la crianza en solitario. En varios casos, su labor se convierte en fuente de inspiración dentro de sus comunidades y redes sociales.

El perfil del padre soltero en Ecuador es diverso: algunos tienen trabajos de tiempo completo y organizan su rutina en torno a las necesidades de sus hijos; otros han optado por el trabajo independiente para pasar más tiempo en casa. Pese a los obstáculos económicos y emocionales, muchos logran mantener una estructura familiar estable y positiva.

El impacto en sus hijos también es significativo. Estudios psicológicos señalan que los menores criados en hogares liderados por padres solteros pueden desarrollar fuertes vínculos afectivos, altos niveles de autonomía y habilidades sociales, siempre que exista una figura presente y comprometida.

Los desafíos, sin embargo, no son menores. La falta de políticas públicas que reconozcan la paternidad soltera, el estigma social, y la carga emocional son temas que aún necesitan mayor atención. Para muchos, el camino se recorre sin manuales, pero con la convicción firme de que ser padre también es sinónimo de amor profundo y entrega total.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *