El director ejecutivo de Meta, Mark Zuckerberg, compareció recientemente ante un tribunal de Estados Unidos en el marco de un proceso judicial por prácticas antimonopolio, centrado en la compra de Instagram y WhatsApp. La compañía tecnológica enfrenta una demanda interpuesta por la Comisión Federal de Comercio (FTC), que sostiene que dichas adquisiciones fueron parte de una estrategia deliberada para eliminar a posibles competidores y consolidar un monopolio en el sector de redes sociales y mensajería.
Durante su testimonio, Zuckerberg defendió la legalidad de las operaciones realizadas, argumentando que ambas plataformas han crecido de forma independiente y que su integración ha beneficiado tanto a usuarios como a anunciantes. No obstante, el caso ha despertado una intensa atención mediática y empresarial, ya que el desenlace podría obligar a Meta a desvincularse de dos de sus activos más valiosos.
“No se trató de eliminar rivales, sino de fortalecer el ecosistema digital y ofrecer mejores herramientas a los usuarios”, afirmó Zuckerberg durante la audiencia.
¿Por qué Meta está bajo la lupa?
La FTC acusa a Meta de ejercer un dominio excesivo del mercado digital, impidiendo la competencia justa al absorber empresas emergentes con potencial de crecimiento. Instagram fue adquirida en 2012 por mil millones de dólares, mientras que WhatsApp fue comprada en 2014 por más de 19 mil millones de dólares. Ambas plataformas suman actualmente miles de millones de usuarios activos mensuales, lo que refuerza la posición de Meta como líder global en el entorno digital.
Si el tribunal falla a favor de la demanda, Meta podría enfrentarse a una orden de desinversión, lo que significaría separar sus operaciones de Instagram y WhatsApp, un hecho sin precedentes en la historia reciente de la industria tecnológica.
Implicaciones para el futuro de la tecnología
Este juicio representa uno de los desafíos más importantes para Meta desde su fundación. Además, podría marcar un precedente clave en la regulación de gigantes tecnológicos, en medio de crecientes cuestionamientos sobre su influencia en la vida digital, el uso de datos personales y el poder de mercado.
Expertos en derecho tecnológico advierten que una posible escisión afectaría no solo el modelo de negocio de Meta, sino también la estructura operativa de sus servicios y las estrategias de monetización que actualmente funcionan de manera integrada entre las tres plataformas.