El país mediterráneo celebra las primeras elecciones legislativas desde las protestas masivas de 2019, en medio del descrédito de la clase política.
Los libaneses han votado este domingo 15 de mayo de 2022, en las primeras elecciones parlamentarias donde elegirán a 128 diputados que conforman su Asamblea Nacional. Un total de 3,9 millones de libaneses figuran en el padrón electoral.
La afluencia de votantes era débil, a falta de datos finales, a media jornada en la mayoría de las regiones. Los medios locales informaron de cortes de electricidad en varios colegios electorales pese a las promesas del ministerio del Interior de que la corriente se suministraría sin interrupción.
La misión de observación electoral de la Unión Europea aseguró, a mitad de la jornada electoral, que esta transcurría en «calma» con únicamente problemas «menores». «Nuestros equipos sobre el terreno observaron que la mayoría de los colegios electorales abrieron a tiempo o con un ligero retraso. En general, hemos observado un ambiente de calma dentro y fuera de los colegios con problemas menores», dijo el jefe de la misión, György Hölvényi, al término de una visita a uno de los centros de votación en Beirut.
A pesar de la grave situación económica, social y política y al descontento popular, los analistas no esperan grandes cambios en el Parlamento, que probablemente quede en manos de los partidos que controlan el país desde hace más de tres décadas.
Una nueva generación de candidatos independientes y de partidos nacientes que esperan capitalizar el descontento por la corrupción expresado en las movilizaciones sin precedentes que sacudieron el país en 2019.
En la última votación de 2018, el partido islamista chiita libanés Hezbolá y sus aliados, incluido el Movimiento Patriótico Libre (FPM, por sus siglas en inglés) del actual presidente Michel Aoun, obtuvieron 71 de los 128 escaños del Parlamento.