Laura Sarabia, quien hasta ahora se desempeñaba como ministra de Relaciones Exteriores de Colombia, presentó su carta de renuncia al presidente Gustavo Petro este miércoles. La salida de Sarabia ocurre en medio de crecientes tensiones internas dentro del Gobierno, y según declaró en su misiva, su decisión se debe a desacuerdos con determinaciones recientes tomadas desde la Casa de Nariño.
“En los últimos días se han tomado decisiones con las que no estoy de acuerdo y que no puedo respaldar”, afirmó Sarabia en el documento dirigido al mandatario, en el que agradece la confianza depositada en ella, pero recalca su necesidad de actuar con coherencia frente a los principios que defiende.
La renuncia de Sarabia ocurre en un momento políticamente delicado para el Ejecutivo colombiano, que ha enfrentado críticas tanto por la conducción de su política exterior como por la toma de decisiones en el entorno más cercano al presidente. Aunque la excanciller no especificó qué medidas motivaron su salida, fuentes cercanas al Palacio de Nariño señalan que los desacuerdos estarían relacionados con recientes nombramientos diplomáticos y líneas estratégicas que implican relaciones bilaterales clave.
Laura Sarabia asumió la Cancillería en febrero de 2024 tras un periodo de tensiones en otras carteras del Gobierno. Su paso por el Ministerio fue breve pero intenso, y se caracterizó por impulsar una agenda de integración regional, fortalecimiento del multilateralismo y defensa de los intereses de Colombia en foros internacionales.
Con su salida, se abre nuevamente una vacante en un cargo de alta relevancia diplomática. El presidente Petro aún no ha confirmado quién será su reemplazo ni ha ofrecido declaraciones sobre la dimisión de su ministra. En redes sociales y medios locales, la renuncia generó múltiples reacciones que evidencian divisiones dentro del oficialismo y el impacto que esto podría tener en la política exterior del país.
Sarabia es una figura cercana al círculo político de Petro, y su distanciamiento refleja posibles fracturas internas que podrían influir en la gobernabilidad del actual periodo presidencial. Analistas aseguran que esta dimisión es un síntoma de las tensiones crecientes entre tecnócratas y sectores más ideológicos dentro del gabinete.