Este martes 10 de septiembre, Kamala Harris y Donald Trump se enfrentaron en un debate presidencial de más de 90 minutos, organizado por ABC News. El debate, que se llevó a cabo en el Centro Nacional de la Constitución en Filadelfia, marcó el segundo encuentro de este ciclo electoral, luego de que Donald Trump y Joe Biden debatieran anteriormente, antes de que Biden se retirara de la contienda.
Los moderadores David Muir y Linsey Davis guiaron la conversación, que comenzó con un enfoque en la economía. Sin embargo, Trump pronto desvió el tema hacia la migración, haciendo afirmaciones infundadas sobre «millones» de inmigrantes que, según él, estarían «inundando» el país. Harris, en respuesta, negó con la cabeza y directamente se dirigió a los espectadores, advirtiendo que escucharían «mentiras, agravios y descalificaciones».
Durante el debate, Harris criticó duramente a Trump, afirmando que su administración dejó al país con «el peor desempleo desde la Gran Depresión» y una crisis sanitaria sin precedentes. En su intervención, subrayó que la administración actual había trabajado para resolver el “desastre” heredado.
Trump, por su parte, acusó a Harris de carecer de un plan propio y de simplemente repetir el programa del presidente Joe Biden. «Ella no tiene un plan. Ha copiado el plan de Biden», insistió Trump.
El expresidente también reiteró su negativa a aceptar su derrota en las elecciones de 2020, argumentando que obtuvo «casi 75 millones de votos», el mayor número de votos para un presidente en ejercicio. Trump argumentó que si hubiera recibido el mismo número de votos que en 2016, habría ganado.
En cuanto al aborto, Harris afirmó que el gobierno de Trump había desmantelado las protecciones federales para el aborto, destacando que la Corte Suprema, compuesta por jueces seleccionados por Trump, había eliminado estas protecciones. Trump, en cambio, defendió las excepciones al aborto en casos de violación, incesto y peligro para la vida de la madre, aunque celebró el fallo que restringió el acceso al aborto en varios estados.
El debate también tocó el tema de la migración. Trump hizo afirmaciones alarmantes sobre inmigrantes en ciudades fronterizas, sugiriendo que estaban comiendo mascotas de residentes locales. David Muir, uno de los moderadores, intervino para aclarar que no había evidencia creíble que respaldara esas afirmaciones.
En otro punto crítico, Trump criticó a Harris por su postura en la guerra en Gaza, sugiriendo que, de ser presidenta, Israel podría no existir en dos años. Harris, en respuesta, llamó a un alto el fuego inmediato en Gaza y destacó la necesidad de proteger a los civiles palestinos, enfatizando que la guerra debe terminar.
El debate finalizó con Trump reprendiendo a Harris por interrumpirle, recordando a los espectadores que la vicepresidenta había interrumpido a Mike Pence en un debate anterior. Además, Harris señaló que los discursos de Trump en sus mítines son tan aburridos que sus seguidores se van antes de que terminen, mientras que Trump se burló de su oponente y cuestionó su capacidad para manejar temas críticos.
Este intenso debate dejó claro que tanto Harris como Trump están listos para una batalla electoral repleta de enfrentamientos sobre políticas clave y diferencias ideológicas.
