Las empresas de mensajería internacional, conocidas como “couriers”, han decidido no brindar detalles sobre cómo aplicarán la nueva tasa de 20 dólares que comenzará a cobrarse a partir del 16 de junio próximo. Esta medida afecta a las importaciones realizadas bajo este régimen y está generando expectativas tanto en el sector logístico como en los consumidores.
Según las autoridades, el cobro de esta tarifa forma parte de un nuevo sistema que busca regularizar y fiscalizar las importaciones mediante servicios de mensajería rápida, con el fin de mejorar el control aduanero y aumentar la recaudación fiscal. Sin embargo, los proveedores de servicios postales y courier han optado por mantenerse en reserva y esperar un diálogo formal con el Gobierno para definir los detalles operativos y la modalidad exacta del cobro.
El inicio de esta tasa programada para mediados de junio generó inquietud en varios sectores, especialmente entre quienes realizan compras internacionales de bajo valor, ya que puede impactar en el costo final de los productos. En este sentido, el diálogo pendiente es clave para aclarar cómo se implementará la tarifa y garantizar la transparencia en el proceso.
Representantes de las compañías de mensajería han manifestado la necesidad de coordinar con las autoridades para evitar confusiones y establecer mecanismos claros que eviten impactos negativos en los consumidores y en el comercio internacional. Se espera que este acercamiento permita definir protocolos y normas que aseguren una aplicación eficiente y justa de la tasa.
El Gobierno, por su parte, ha subrayado la importancia de esta medida para controlar el volumen creciente de importaciones que ingresan al país sin el pago adecuado de impuestos, lo que afecta la competitividad y la recaudación fiscal. En este contexto, la implementación de la tasa se enmarca dentro de un esfuerzo más amplio para fortalecer la fiscalización aduanera y combatir el contrabando.
Es importante destacar que, aunque la tasa será aplicada desde el 16 de junio, aún queda por resolver la forma exacta en que los couriers cargarán este monto a los clientes, ya sea directamente o mediante otros mecanismos. Esta incertidumbre es la que ha motivado la pausa en la comunicación por parte de estas empresas.
Mientras tanto, usuarios y empresas están a la expectativa de las decisiones que surjan del diálogo entre el sector privado y el Gobierno, esperando que se establezcan reglas claras que permitan una transición ordenada y sin afectaciones graves para el comercio electrónico y las importaciones personales.
