Al finalizar 2024, la tasa de desempleo en Ecuador se ubicó en un 2,7%, un dato relativamente bajo en comparación con años anteriores. Sin embargo, este dato positivo contrasta con la realidad de la informalidad laboral que afecta a más de la mitad de los trabajadores del país. De acuerdo con las estadísticas más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), alrededor del 58% de los empleados ecuatorianos se encuentran en condiciones de trabajo informal, lo que refleja una situación de precariedad y falta de estabilidad laboral para una gran parte de la población.
A lo largo del año, se registraron pérdidas de empleo adecuado, y entre diciembre de 2023 y diciembre de 2024, 262.959 personas vieron cómo su trabajo formal desaparecía, sumándose a las dificultades económicas y sociales que enfrenta el país. Este aumento en la informalidad no solo refleja la falta de acceso a trabajos bien remunerados, sino también la incapacidad de muchas empresas y sectores para ofrecer empleo formal debido a la crisis económica que aún afecta a Ecuador.
La informalidad laboral se ha convertido en un desafío persistente para la economía ecuatoriana, ya que las personas que trabajan en este sector no gozan de los beneficios de la seguridad social, las prestaciones laborales o una remuneración justa. Además, la falta de estabilidad y las condiciones precarias en muchos de estos empleos dificultan el crecimiento económico y social, y limitan las oportunidades de desarrollo para los trabajadores informales.
Mientras tanto, las autoridades y economistas coinciden en que para reducir las tasas de informalidad es esencial mejorar la calidad del empleo en el país. Esto implica la implementación de políticas públicas que fomenten la creación de empleos formales, incentiven la inversión y mejoren las condiciones laborales de las pequeñas y medianas empresas. Para muchos expertos, la mejora del acceso a financiamiento y el fortalecimiento de la seguridad social son medidas clave para lograr una transición hacia una economía más formalizada.
Además, es necesario establecer mecanismos de apoyo a los trabajadores informales, brindándoles capacitación, acceso a crédito y mayor seguridad jurídica, de manera que puedan mejorar sus condiciones laborales y dar el salto a la formalidad. También se debe promover la integración de las empresas informales en cadenas de producción más estructuradas, lo que les permitiría ofrecer empleos más estables y con mejores condiciones.
Si bien el 2,7% de desempleo parece positivo, la realidad de la informalidad y la falta de empleos adecuados pone en evidencia los retos que aún enfrenta Ecuador en términos de generación de empleo de calidad. La informalidad laboral sigue siendo uno de los mayores obstáculos para la estabilidad económica y social del país, por lo que la mejora de las condiciones laborales y la creación de empleos formales son prioridades para la recuperación económica a largo plazo.
En resumen, aunque la tasa de desempleo en Ecuador cerró 2024 en 2,7%, el 58% de los trabajadores sigue en la informalidad, lo que indica que el país enfrenta un desafío estructural importante en su mercado laboral. Las autoridades deberán trabajar en medidas para reducir la informalidad, mejorar las condiciones laborales y promover la creación de empleos formales para garantizar una recuperación económica sostenible.