Este miércoles, 5 de noviembre, se realizó un estremecedor hallazgo en el noroeste de Guayaquil, cuando varias osamentas humanas fueron encontradas en el sector de Ciudad de Dios, cerca del conocido «canal de la muerte». La zona, históricamente vinculada a actividades criminales y violentos enfrentamientos entre bandas delictivas, ha sido el escenario de varios hallazgos similares en el pasado.
El descubrimiento ocurrió durante una inspección rutinaria llevada a cabo por miembros de las Fuerzas Armadas, junto con personal de la Secretaría de Asentamientos Humanos Irregulares. Fue durante su recorrido por el área que los uniformados detectaron las osamentas y rápidamente dieron aviso a la Policía Nacional. Al llegar al lugar, unidades especializadas se encargaron del levantamiento de las osamentas encontradas, aunque hasta el momento no se ha confirmado el número exacto. Según las primeras observaciones, se presume que podrían ser al menos cinco restos humanos, pero será la Policía la que confirme la cifra final tras la investigación.
La zona del «canal de la muerte», como se le conoce popularmente, ha sido escenario recurrente de violentos enfrentamientos entre bandas delictivas que operan en este sector del noroeste de Guayaquil. En septiembre de este año, el coronel Roberto Santamaría, en ese entonces jefe del distrito Nueva Prosperina, ya había señalado que el área es un punto crítico de violencia, donde las disputas entre grupos criminales han generado una constante preocupación en las autoridades locales. En esa ocasión, Santamaría pidió refuerzos en la zona, sugiriendo la presencia de más efectivos militares para tratar de reducir la actividad delictiva en la región.
El hallazgo de las osamentas resalta nuevamente la gravedad de la situación en la que se encuentran algunos sectores de Guayaquil, especialmente en áreas como el sector del canal, donde las disputas territoriales entre bandas han dejado un rastro de violencia y muerte. Las autoridades continúan con las investigaciones para determinar la identidad de las víctimas y esclarecer las circunstancias detrás de este macabro descubrimiento.
Este tipo de descubrimientos no es aislado en la región, ya que el «canal de la muerte» ha sido asociado con múltiples denuncias sobre desapariciones forzadas, enfrentamientos armados y actividades ilícitas en las que las bandas criminales están involucradas. A pesar de los esfuerzos para mejorar la seguridad en Guayaquil, la violencia sigue siendo un tema central para las autoridades locales y nacionales, quienes se enfrentan a la difícil tarea de controlar la expansión del crimen organizado en la ciudad.
El hallazgo de las osamentas en esta zona particularmente peligrosa subraya la necesidad de una acción más coordinada y eficaz entre las diferentes instituciones de seguridad pública y la ciudadanía para frenar la creciente ola de violencia que afecta tanto a Guayaquil como a otras regiones del país.