Han pasado casi cinco meses desde que Ronny Camba, exdirector administrativo del hospital Teodoro Maldonado Carbo, fue secuestrado y desapareció en el sector de La Atarazana, en el norte de Guayaquil. Su madre, Rosa, vive en una constante incertidumbre, enfrentando la falta de avances concretos en la búsqueda de su hijo, cuya desaparición ocurrió el pasado 31 de enero tras un encuentro deportivo con compañeros de trabajo.
Desde el momento del secuestro, la familia realizó la denuncia formal ante la Fiscalía, y las autoridades han prometido estar atentas al caso, incluyendo varios recorridos por hospitales y otros puntos clave. Sin embargo, los días transcurren y la respuesta oficial continúa siendo insuficiente para quienes claman por justicia y el regreso seguro de Ronny.
Recientemente, la División Nacional de Investigación de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Extorsión y Secuestros (Dinased) asumió la investigación del caso. Una medida importante fue la toma de muestras de ADN a un familiar directo de Ronny para facilitar la identificación en caso de que se encuentre algún rastro o evidencia relacionada con él.
Rosa Camba, con el peso de la angustia y el paso implacable del tiempo, afirma: “Casi cinco meses y nadie da respuesta. La incertidumbre consume cada día, y la falta de información solo aumenta el dolor de nuestra familia.” La desesperación de la madre refleja un sentimiento común en las víctimas indirectas de secuestros, donde la espera y la falta de información oficial incrementan la ansiedad y el miedo.
Según datos oficiales, la inseguridad y los delitos de secuestro han aumentado en Guayaquil en el último año, sumando preocupación a la población y demandando mayor efectividad por parte de las autoridades. El caso de Ronny no es un hecho aislado y forma parte de un fenómeno que afecta a numerosos hogares ecuatorianos.
Las autoridades instan a la ciudadanía a colaborar con cualquier información que pueda ayudar a resolver casos similares, y resaltan la importancia de la cooperación ciudadana para lograr avances. Sin embargo, para Rosa y muchos otros familiares, el tiempo corre en contra y la ausencia de respuestas genera un sentimiento de abandono institucional.
El caso sigue abierto y en manos de Dinased, que continúa con las pesquisas en búsqueda de pistas que puedan esclarecer el paradero de Ronny Camba y llevar tranquilidad a su familia.