La reciente evasión de Federico Gómez Quinde, conocido como alias ‘Fede’, líder de la banda criminal Las Águilas, ha puesto nuevamente en evidencia las graves falencias del sistema penitenciario ecuatoriano. La fuga, ocurrida en la Penitenciaría del Litoral, donde ‘Fede’ escapó vestido con uniforme militar y logró caminar camuflado para burlar la seguridad, ha encendido las alarmas sobre la necesidad de reforzar las medidas de control dentro de los centros carcelarios del país.
Con la recaptura de José Macías, alias ‘Fito’, uno de los criminales más buscados y recientemente detenido, las autoridades enfrentan el reto de evitar que se repita una evasión como la de ‘Fede’. Expertos y exfuncionarios del sistema penitenciario plantean la urgente aplicación de protocolos que garanticen mayor control, entre ellos, la implementación de pruebas de confianza para el personal y la restricción del contacto entre internos y el mundo exterior.
Según datos oficiales, Ecuador cuenta con una sobrepoblación carcelaria que supera el 120% de la capacidad instalada, lo que complica la vigilancia y la gestión dentro de las prisiones. Además, la infiltración de bandas criminales en el sistema dificulta la labor de seguridad, permitiendo que fugas y actos delictivos se sigan produciendo con relativa facilidad.
“Para evitar nuevas fugas, es fundamental implementar controles rigurosos de acceso y salidas dentro de los recintos penitenciarios, además de monitorear constantemente al personal penitenciario”, señaló un exdirector del sistema carcelario. También recomendó minimizar el contacto directo entre presos y limitar las visitas no esenciales, para reducir la posibilidad de corrupción y complicidad.
Las autoridades han reforzado la vigilancia en la Penitenciaría del Litoral tras la fuga de ‘Fede’, y se esperan nuevas disposiciones para mejorar la seguridad a nivel nacional. Sin embargo, especialistas advierten que es indispensable una reforma integral que contemple infraestructura adecuada, tecnología avanzada y capacitación permanente para los agentes.
La seguridad penitenciaria es un tema que trasciende el control interno, pues las fugas de criminales peligrosos generan un riesgo directo para la ciudadanía y dificultan la lucha contra el crimen organizado. Por ello, el caso ‘Fito’ y la reciente evasión de ‘Fede’ deben ser un llamado urgente a fortalecer el sistema, mejorar los protocolos y garantizar la transparencia en la gestión carcelaria.
