Las investigaciones revelan que Adolfo Macías Villamar, alias ‘Fito’, líder de la organización criminal Los Choneros, utilizaba una red de propiedades registradas a nombre de terceros como parte de su estrategia para evadir la acción de la justicia. Según reportes oficiales, en la parroquia Monterrey, provincia de Manabí, disponía de al menos dos viviendas: una de ellas, tipo búnker, donde fue capturado el pasado 25 de junio.
La lujosa propiedad en la que se ocultaba no estaba registrada a su nombre, sino a nombre de supuestos testaferros, al igual que otra vivienda de grandes dimensiones ubicada justo al frente. Ambas residencias se encontraban en una zona apartada, con accesos controlados y medidas de seguridad que dificultaban la acción policial.
El ministro del Interior, John Reimberg, confirmó que la vivienda tenía modificaciones estructurales diseñadas para resistir intervenciones. “Tenía características defensivas, con cámaras, rejas reforzadas y zonas que podrían considerarse de escape”, detalló durante una rueda de prensa posterior al operativo.
Las autoridades han iniciado los procesos para investigar la procedencia de estas propiedades, su financiamiento y los vínculos de los presuntos propietarios con la red delictiva. Se evalúa aplicar la Ley de Extinción de Dominio para recuperar estos bienes y destinarlos al uso estatal.
La estrategia de ‘Fito’ no es nueva en el ámbito del crimen organizado. Los líderes de bandas suelen operar a través de estructuras jurídicas opacas, utilizando familiares o personas de confianza para registrar bienes que utilizan para su protección y movilidad.
La detención de alias ‘Fito’ ha representado un golpe simbólico y operativo para Los Choneros. Sin embargo, las autoridades reconocen que aún queda un largo camino para desarticular completamente su red y confiscar todo el patrimonio ilícito acumulado durante años.
