Ucrania ha declarado el inicio de una nueva campaña de movilización para reforzar su ejército ante el reciente avance de las tropas rusas, que han capturado una localidad estratégica en el este del país. Esta movilización se produce en un contexto de creciente inquietud en Kiev y en Occidente por la colaboración militar entre Corea del Norte y Rusia.
En las últimas semanas, las fuerzas rusas han intensificado su ofensiva en la región oriental de Donetsk, y el martes se anunció la captura de Selídove, una localidad que contaba con cerca de 20,000 habitantes antes del inicio de la guerra en febrero de 2022. La caída de Selídove se suma a otros recientes logros rusos en la zona, lo que ha llevado a una mayor urgencia en la respuesta militar de Ucrania.
Además, el Pentágono ha informado sobre el despliegue de un pequeño número de tropas norcoreanas en la región de Kursk, cerca de la frontera con Ucrania. Según el general Pat Ryder, portavoz del Pentágono, se estima que hay «un par de miles» de soldados norcoreanos en camino hacia Rusia. Este hecho ha levantado alarmas en la comunidad internacional, dado el historial de cooperación militar entre ambos países.
En respuesta a estas circunstancias, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, se comunicó el martes con su homólogo surcoreano para discutir una mayor cooperación entre Ucrania y Corea del Sur, lo que refleja la preocupación de Kiev por el fortalecimiento de los lazos entre Moscú y Pyongyang.
Ucrania enfrenta una creciente escasez de efectivos en sus fuerzas armadas y se encuentra inmersa en un debate impopular sobre cómo incrementar sus filas militares. Oleksandre Litvinenko, secretario del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional de Ucrania, informó al Parlamento que el país planea movilizar a 160,000 personas en un esfuerzo por recuperar su capacidad de combate. Se prevé que este proceso de reclutamiento se desarrolle durante los próximos tres meses.
Mientras tanto, Rusia ha afirmado que ha tomado el control de otras localidades en Donetsk, incluyendo Bogoyavlenka, Girnik y Katerinivka. Estos avances forman parte de un impulso militar que ha llevado a la captura de 478 kilómetros cuadrados de territorio ucraniano desde principios de octubre, un avance que no se había visto desde marzo de 2022, según un análisis de datos del Instituto Estadounidense para el Estudio de la Guerra (ISW).
En este contexto, las tensiones continúan aumentando, y la situación se vuelve cada vez más crítica para Ucrania, que busca adaptarse rápidamente a los cambios en el campo de batalla y la geopolítica regional. La respuesta de Ucrania a estos desarrollos será crucial en las próximas semanas, mientras intenta frenar la ofensiva rusa y evitar un deterioro mayor de su posición.