La reconocida escritora británica Jilly Cooper falleció a los 88 años en su residencia de Gloucestershire, al suroeste de Inglaterra, tras sufrir una caída, según confirmó su familia este lunes 6 de octubre. Su partida marca el final de una prolífica carrera literaria que abarcó más de cinco décadas y dejó una huella imborrable en la narrativa contemporánea del Reino Unido.
Cooper alcanzó la fama gracias a sus novelas ambientadas en la alta sociedad británica, entre las que destaca la célebre serie Rutshire Chronicles, iniciada en la década de 1980 con títulos como Riders, Rivals y Polo. Estas obras, cargadas de humor, ironía y crítica social, retrataron con ingenio los códigos, pasiones y conflictos de la élite inglesa. Sus libros vendieron millones de ejemplares en todo el mundo, consolidándola como una de las autoras más populares de su generación. Algunas de sus historias fueron adaptadas con éxito a producciones televisivas, ampliando su influencia cultural.
En 2024, Jilly Cooper fue nombrada Dama del Imperio Británico (DBE) por su sobresaliente contribución a la literatura y la cultura nacional. A lo largo de su carrera también recibió los títulos de Oficial (OBE) en 2004 y Comandante (CBE) en 2018, reconocimientos que destacaron su impacto en la literatura moderna y su capacidad para conectar con generaciones de lectores.
La reina Camila expresó sus condolencias a la familia Cooper a través de un comunicado oficial, en el que destacó el talento de la escritora y su papel en la renovación de la narrativa británica. “Jilly aportó una voz inconfundible y un sentido del humor único a la literatura del Reino Unido”, señaló la monarca, quien era seguidora de su obra.
Desde el gobierno británico, distintas figuras del ámbito cultural y político resaltaron el legado de Cooper. En un mensaje difundido por el Ministerio de Cultura, se subrayó su “ingenio y sabiduría” en la representación de la sociedad inglesa contemporánea, así como su influencia en nuevas generaciones de autores.
A lo largo de su trayectoria, Jilly Cooper publicó más de veinte libros, abarcando géneros que iban desde la sátira social hasta el romance. Su estilo directo y su mirada crítica convirtieron sus novelas en un espejo de la vida británica de las últimas décadas.
Su fallecimiento deja un vacío en la literatura británica, pero también un legado que continúa inspirando a escritores y lectores de todo el mundo.

