La ministra de Energía, Inés Manzano, afirmó que la reciente rotura de 60 metros en el Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) podría haber sido un acto de sabotaje. En una entrevista radial, la funcionaria explicó que la rotura se produjo en una zona donde el oleoducto estaba expuesto, lo que agravó las consecuencias del derrame de crudo en Quinindé, provincia de Esmeraldas.
El incidente ha generado no solo un impacto ambiental significativo, sino también graves afectaciones a la producción petrolera. Como medida de contingencia, Petroecuador suspendió temporalmente las exportaciones desde la Terminal de Balao.
Investigación en curso y posibles implicaciones
“Después de algunas investigaciones esto sería un sabotaje”, señaló la ministra Manzano, sin proporcionar mayores detalles debido a la sensibilidad del caso.
Uno de los aspectos que ha llamado la atención de las autoridades es que un empleado de Petroecuador habría intervenido de manera irregular durante las labores de contención. Según Manzano, “un trabajador hizo lo que no debía y abrió un dique mientras se realizaban los trabajos de control del derrame”.
Consecuencias ambientales y desabastecimiento de agua
Las autoridades aún no han determinado la cantidad exacta de petróleo vertido en la zona afectada. Además del impacto en el ecosistema, el derrame ha causado la interrupción temporal del suministro de agua potable en Quinindé y Esmeraldas, capital provincial.
Si bien la rotura del SOTE fue inicialmente atribuida a un deslizamiento de tierra provocado por las intensas lluvias, las declaraciones de la ministra han abierto la posibilidad de que existan otras causas detrás del suceso, lo que podría derivar en una investigación penal.