A pesar de haberse apartado oficialmente de sus funciones reales en 2019 tras la polémica por su relación con Jeffrey Epstein, el príncipe Andrés reapareció públicamente junto a su familia en la tradicional misa de Pascua. El duque de York, de 65 años, participó del servicio religioso realizado el 20 de abril en el castillo de Windsor, acompañado por su hermano, el rey Carlos III, y otros miembros de la familia real británica.
Esta aparición ha llamado la atención de la prensa británica e internacional, ya que Andrés se ha mantenido mayormente alejado del ojo público desde su retiro forzado. Sin embargo, su presencia en eventos familiares como este refleja su intento por mantener ciertos lazos dentro del círculo íntimo de la realeza, aunque sin retomar un rol oficial.
El exduque llegó al castillo de Windsor en compañía de su exesposa, Sarah Ferguson, y sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia. También asistieron la princesa Ana y su esposo, sir Timothy Laurence, reforzando la imagen de unidad familiar durante una de las celebraciones religiosas más importantes del calendario cristiano.
Aunque Andrés ya no representa a la Corona en actos oficiales, su asistencia a la misa sugiere que sigue siendo considerado parte del núcleo familiar en lo personal. No obstante, expertos en la monarquía británica aseguran que su participación en este tipo de eventos no implica una rehabilitación pública ni un regreso a la vida institucional. «Es una aparición simbólica, familiar, no institucional», afirmaron fuentes cercanas al Palacio de Buckingham.
Cabe recordar que en 2022, el príncipe Andrés llegó a un acuerdo extrajudicial en el caso civil por abuso sexual presentado por Virginia Giuffre, sin admitir culpabilidad. Desde entonces, ha mantenido un perfil bajo y ha sido excluido de actos oficiales, incluso del Jubileo de Platino de la reina Isabel II.
Por su parte, Sarah Ferguson, quien mantiene una relación cordial con la familia real pese a su divorcio de Andrés en 1996, ha sido vista en varios actos públicos recientemente y continúa residiendo en Royal Lodge, la misma propiedad que el príncipe. Su presencia junto a Andrés y sus hijas refuerza la imagen de una familia unida, al menos en el plano personal.
La Pascua, como cada año, reunió a varios miembros de la realeza para asistir a la misa en la Capilla de San Jorge, dentro del castillo de Windsor. Este año, la atención mediática se centró particularmente en el rey Carlos III, quien ha retomado algunos compromisos públicos tras ser diagnosticado con cáncer a inicios de 2024.