Durante los últimos años se ha dado una constante en Ecuador: el clamor de los pueblos indígenas ha significado un fuerte cuestionamiento a las políticas del Gobierno de turno.
El asambleísta por el Movimiento Pachakutik, José Celestino Chumpi, y el doctor en estudios internacionales y licenciado en Ciencias Políticas, Lester Cabrera, dijeron a la Agencia Sputnik que este problema se debe a que el Gobierno vive en una «burbuja», ya que ignora cómo vive la ciudadanía.
«El conflicto sucede porque la clase política está desconectada del pueblo. (…) Esta desconexión es un problema estructural del Estado, porque hasta aquí no ha habido ningún Gobierno que haya emergido de la necesidad del pueblo. Todas las autoridades han sido gobernantes que han venido de la clase alta», afirmó Chumpi.
Por su parte, Cabrera aseguró que lo que más se le critica al Ejecutivo es la falta conocimiento de lo que se vive en la calle.

El problema.
Chumpi considera que todas las autoridades, empezando por el presidente de la República, tienen que atender las demandas de la ciudadanía para que no ocurran este tipo de conflictos.
«La parte medular para frenar cualquier tipo de conflicto es primero escuchando a los ciudadanos y dando atención a las demandas que requiere la ciudadanía. La diferencia está aquí cuando uno proviene del pueblo, pero cuando no pasa así y no se conoce lo que viven las amas de casa, los campesinos, los que viven en la selva, donde no se tiene el dinero, no se ve la necesidad de atender las demandas de los ciudadanos», reflexionó.
Sostuvo que Lasso se está «cerrando» a lo que exige la Conaie, lo que muestra una «desconexión total» entre el pueblo y las autoridades.
Crisis de confianza.
Cabrera dijo que la relación entre el Gobierno y la Conaie es de una «crisis de confianza» motivada por lo que sucedió luego de las protestas de 2019, donde los indígenas, luego de 12 días de movilizaciones, consiguieron que se frenara, en parte, una medida que incrementaba el precio de los combustibles.
Esas jornadas de protesta dejaron diez personas fallecidas y millonarias pérdidas económicas, mientras que se registraron una serie de actos violentos, incluida la quema del edificio de la Contraloría de la Nación
«Si bien la Conaie presentó esto como un triunfo, lo que sucedió posteriormente fue un triunfo bastante genérico y pírrico, porque una vez que bajó la intensidad del conflicto, en el Gobierno de (Lenín) Moreno (2017-2021) no se cumplió del todo con lo que se había pactado. Desde esos años, la relación Gobierno-Conaie está fragmentada por una crisis de confianza», expresó.
Volver a reconstruir esos canales de confianza va a «ser muy complejo», por lo que un eventual triunfo de la Conaie en estas protestas, no implicará que esta confianza sea restituida, advirtió.