En la noche del lunes 24 de marzo, un atentado armado cobró la vida de Cecibel M. F. y su yerno John M. en Quevedo, provincia de Los Ríos. Ambos fueron atacados cuando llegaban en su vehículo a la parroquia El Guayacán, en este cantón de la región fluminense. La tragedia ha dejado consternados a los habitantes de la zona, quienes describieron el crimen como una emboscada orquestada por sujetos armados.
Cecibel M., quien era hermana de Gordo Mendoza, también conocido como uno de los principales colaboradores de Adolfo Macías Villamar, alias Fito, líder de la poderosa organización delictiva Los Choneros, se encontraba en el vehículo con su yerno cuando fueron sorprendidos por los agresores. Según versiones de testigos, el ataque fue realizado por hombres que se desplazaban en otro automóvil, lo que hace suponer que fue un acto planificado y dirigido específicamente contra los miembros de la familia Mendoza.
El asesinato de Cecibel M. F. se produce en medio de una ola de violencia asociada con las bandas criminales que operan en la región. Las autoridades locales han iniciado las investigaciones pertinentes para esclarecer los motivos detrás del ataque, que, aunque no ha sido confirmado oficialmente, podría estar relacionado con los conflictos internos dentro de los grupos delictivos. Gordo Mendoza, el hermano de la víctima, ha sido señalado por las autoridades como uno de los aliados más cercanos de Fito, cabecilla de Los Choneros, lo que ha llevado a especular que el crimen podría ser una represalia o parte de una lucha de poder dentro de la organización.
La conexión entre la familia Mendoza y Los Choneros ha sido objeto de investigaciones por parte de la Policía Nacional, que mantiene bajo vigilancia las actividades de los principales integrantes de este grupo criminal. Gordo Mendoza, cuyo perfil sigue siendo relevante en el ámbito de la delincuencia organizada, ha sido vinculado a varios delitos relacionados con narcotráfico y violencia en la región, aunque no se ha comprobado su implicación directa en los crímenes ocurridos en la zona.
Este ataque también refleja la creciente tensión en Quevedo y sus alrededores, donde las bandas delictivas han intensificado sus operaciones. La violencia, especialmente en áreas como El Guayacán, ha generado alarma entre los residentes, quienes temen que los hechos de sangre puedan extenderse. La presencia de Los Choneros en esta zona ha sido un tema recurrente en los informes de seguridad, y las autoridades están tomando medidas adicionales para contrarrestar el impacto de estos grupos en la comunidad.
A pesar de la gravedad de este asesinato, las autoridades aún no han revelado detalles completos sobre los responsables del crimen, aunque se especula que podrían estar relacionados con otras facciones rivales de Los Choneros. La Policía continúa con las investigaciones, y se han solicitado recursos adicionales para reforzar las operaciones de seguridad en el cantón y evitar futuros episodios de violencia.
