EE.UU. y China compiten por la inteligencia artificial general: un nuevo «proyecto Manhattan» para dominar la tecnología del futuro

TECNOLOGÍA

Estados Unidos y China se han sumergido en una carrera frenética para desarrollar la inteligencia artificial general (AGI, por sus siglas en inglés). Este tipo de inteligencia artificial, que tiene el potencial de realizar cualquier tarea intelectual humana, se perfila como el próximo gran avance tecnológico. Sin embargo, detrás de esta competencia, se esconde una disputa mucho más amplia: la lucha por el liderazgo global en tecnología avanzada, especialmente en el campo de los semiconductores, esenciales para el desarrollo de IA.

Recientemente, la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad de EE.UU.-China del Congreso de Estados Unidos propuso una nueva iniciativa que recuerda al famoso «proyecto Manhattan» de la Segunda Guerra Mundial. Entre 1942 y 1945, dicho programa de investigación reunió a los mejores científicos del mundo en un esfuerzo por desarrollar la bomba atómica antes que la Alemania nazi. Este proyecto culminó en 1945 con el lanzamiento de las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki. Ahora, la propuesta de la Comisión busca replicar el espíritu de colaboración entre el sector público y privado para impulsar el desarrollo de sistemas de IA tan avanzados, o más, que los humanos.

Jacob Helberg, un miembro destacado de la Comisión, ha señalado que «China se está apresurando hacia la inteligencia artificial general […] Es fundamental que nos lo tomemos muy en serio». Este comentario subraya la urgencia con la que EE.UU. está tratando de asegurar su lugar como líder en la carrera hacia la AGI, ya que la preocupación por la velocidad con la que China avanza en el desarrollo de esta tecnología es cada vez mayor.

¿Qué es la Inteligencia Artificial General (AGI)?

La inteligencia artificial general es un tipo de sistema automático capaz de realizar cualquier tarea intelectual que normalmente sería llevada a cabo por un ser humano. A diferencia de las IA actuales, que están diseñadas para tareas específicas, la AGI tendría la capacidad de aprender, razonar, tomar decisiones ante la incertidumbre y comunicarse en lenguaje natural. Además, se espera que estas máquinas puedan hacer juicios y realizar procesos de planificación de manera autónoma.

En términos más sencillos, una AGI no solo replicaría las funciones cognitivas humanas, sino que también podría superarlas, especialmente en tareas que tienen un valor económico. Aunque algunos expertos consideran que «inteligencia artificial general» e «inteligencia artificial fuerte» son términos intercambiables, otros distinguen entre ambos. La «inteligencia artificial fuerte» hace referencia a sistemas que tienen consciencia de sí mismos y podrían desarrollar emociones y vivencias propias. A día de hoy, las IA disponibles no se acercan ni de lejos a estas capacidades.

La carrera por la AGI: ¿Cuándo llegará?

A pesar de las grandes expectativas, la AGI sigue siendo un objetivo lejano. En 2020, Elon Musk afirmó que la inteligencia artificial general estaría lista para 2025, pero expertos como Jensen Huang, cofundador y CEO de NVIDIA, son más cautos. Huang predice que la AGI podría llegar en los próximos cinco años, lo que sigue siendo una estimación optimista, pero con bases científicas más firmes.

El liderazgo de NVIDIA en el mercado de hardware para IA y su participación activa en la investigación de tecnologías avanzadas le dan peso a sus afirmaciones. Sin embargo, incluso los pronósticos más optimistas coinciden en que, aunque la AGI sea posible en el futuro cercano, aún estamos lejos de alcanzar el desarrollo de sistemas que igualen o superen la capacidad humana en todos los aspectos.

El papel de los semiconductores en la AGI

Una de las áreas clave en esta competencia tecnológica es el desarrollo de semiconductores avanzados. La capacidad de fabricar chips de vanguardia es fundamental para la creación de sistemas de inteligencia artificial cada vez más potentes. EE.UU. y sus aliados han implementado sanciones para evitar que China acceda a la tecnología de chips de última generación, un movimiento que busca frenar su avance en el ámbito de la inteligencia artificial. Mientras tanto, China no ha escatimado esfuerzos para fortalecer su propia industria de semiconductores, lo que añade una capa más de complejidad a la rivalidad tecnológica entre ambos países.

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