En un avance sorprendente, investigadores suizos han desarrollado un proceso innovador que permite extraer oro de 22 quilates de los dispositivos electrónicos que normalmente consideramos como basura. Estos hallazgos revelan el valioso tesoro oculto en lo que solemos tirar sin pensarlo dos veces.
Hoy en día, la acumulación de residuos electrónicos es uno de los problemas ambientales más graves, pero esta investigación ha demostrado que estos desechos contienen más que solo componentes inutilizables. Los productos electrónicos cotidianos, como teléfonos móviles, ordenadores o televisores, que muchos de nosotros descartamos, contienen pequeñas cantidades de oro en sus circuitos, chips y placas base.
El proceso descubierto por los científicos suizos permite la extracción de este metal precioso, logrando una pureza impresionante de 22 quilates. Para poner esto en perspectiva, el oro extraído de dispositivos electrónicos ya no se considera un simple desecho, sino una valiosa fuente de recursos reciclables. Según el estudio, solo un dispositivo de aproximadamente 25 gramos puede contener una cantidad significativa de oro que, en conjunto con otros desechos electrónicos, puede ser procesada y reutilizada.
Este descubrimiento no solo tiene implicaciones para la industria de la tecnología y la minería, sino que también podría ser una solución para mitigar el impacto ambiental causado por la acumulación de desechos electrónicos. La minería de oro a partir de estos residuos representa una opción mucho más sostenible en comparación con la minería tradicional, que a menudo implica procesos destructivos para el medio ambiente.
Los investigadores afirman que este proceso podría revolucionar la forma en que tratamos los desechos electrónicos, fomentando el reciclaje y promoviendo una economía circular más eficiente. Además, este avance también plantea un nuevo enfoque sobre la valorización de los dispositivos electrónicos desechados, abriendo la puerta a nuevas oportunidades en la industria del reciclaje y la economía verde.
Aunque aún se encuentra en las primeras etapas de desarrollo, este método promete cambiar la manera en que vemos los desechos electrónicos, resaltando su valor no solo como material para ser reciclado, sino como una fuente importante de recursos valiosos.