“Bajo las ruinas del alma”: la historia de resiliencia de Ligia Magdalena, sobreviviente del terremoto de Manabí

ENTRETENIMIENTO

El capítulo 13 de la novela Bajo las ruinas del alma, titulada “El regreso a la luz”, inicia con una escena profundamente conmovedora: Ligia Magdalena es rescatada. Tras quedar atrapada entre escombros, su salida al mundo exterior es descrita como una explosión emocional, una mezcla de fragilidad física y fortaleza espiritual. Su cuerpo debilitado contrasta con un espíritu que renace, fortalecido por la experiencia límite que acaba de atravesar.

Esta novela, escrita por el autor manabita Félix Pilay Toala, de 62 años, recoge una de las historias más impactantes del devastador terremoto de magnitud 7.8 que sacudió las provincias de Manabí y Esmeraldas el 16 de abril de 2016. El evento dejó miles de víctimas y marcó para siempre a los sobrevivientes. Ligia Magdalena fue una de ellas.

Según se narra en la obra, Ligia soportó 21 horas y 35 minutos atrapada en un hueco formado por los restos del mostrador de la farmacia donde trabajaba. Encerrada bajo cuatro losas de concreto y fragmentos de paredes, su refugio improvisado se convirtió en su cárcel y, finalmente, en su símbolo de resistencia. Junto a ella, durante sus últimas horas en ese lugar, yacía el cuerpo sin vida de Pedro, su compañero de trabajo.

La novela no solo relata un hecho real con fuerza narrativa, sino que también destaca la resiliencia humana ante la tragedia, explorando el dolor, el miedo, la esperanza y, finalmente, la renovación interior. “Ligia regresa a la luz, no solo desde lo físico, sino desde lo más profundo de su alma”, describe Pilay en uno de los pasajes más potentes del libro.

Bajo las ruinas del alma es una obra que rinde homenaje a las víctimas y sobrevivientes del sismo, pero también ofrece un mensaje esperanzador: la vida puede reconstruirse desde las ruinas. El libro se ha convertido en una pieza clave de la narrativa contemporánea ecuatoriana al abordar desde la literatura uno de los episodios más dolorosos del país en las últimas décadas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *