Mercurio en caimanes de EE. UU.: un peligro invisible en los pantanos que preocupa a científicos

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Un peligro mucho más silencioso que los caimanes acecha en los pantanos de Estados Unidos: se trata del mercurio, un metal pesado que ahora preocupa a científicos y autoridades ambientales.

Un estudio reciente realizado por la Escuela de Ecología Odum de la Universidad de Georgia detectó niveles alarmantemente altos de mercurio en caimanes de los humedales estadounidenses. La investigación advierte que esta toxina puede afectar gravemente tanto al ecosistema como a la salud humana.

Los pantanos de Estados Unidos albergan una biodiversidad impresionante: desde plantas y insectos hasta especies en peligro de extinción. Sin embargo, estos ecosistemas también son hogar de reptiles como los caimanes americanos, que ahora se han convertido en indicadores de contaminación ambiental. Según Earth.com, algunos de estos reptiles contienen mercurio en concentraciones superiores a lo esperado, reflejando la extensión del problema.

Florida, hogar de 1,3 millones de caimanes, presenta áreas particularmente afectadas. Entre los ríos más infestados por estos reptiles se encuentran los que atraviesan zonas como el pantano de Okefenokee, la isla Jekyll y el Centro de Vida Silvestre Yawkey.

Kristen J. Zemaitis, investigadora de la Universidad de Georgia, dirigió el estudio que analizó 133 caimanes salvajes. El equipo recolectó muestras de sangre y marcadores dietéticos para comparar los niveles de mercurio entre los caimanes de los tres sitios estudiados. Los resultados fueron contundentes: los caimanes del pantano de Okefenokee presentaban niveles de mercurio ocho veces superiores a los de los otros dos lugares costeros, lo que evidencia una larga historia de contaminación ambiental.

¿Por qué es alarmante esta situación? La presencia de mercurio no solo afecta la salud de los caimanes, sino que también pone en riesgo a otras especies que dependen de estas aguas, incluidos los humanos. Según UGA Today, “aunque es un elemento natural, el mercurio (Hg) es una potente neurotoxina”. Zemaitis explica que esta sustancia puede dañar el cerebro y los nervios, y en exposiciones altas, afectar los riñones y el sistema digestivo.

El problema se agrava porque la toxina puede ascender en la cadena alimentaria. Depredadores superiores que consumen presas con mercurio acumulado también corren riesgos significativos. Por ello, los científicos recomiendan precaución a cualquier persona que pesque o cace en áreas como el pantano de Okefenokee o en ríos y océanos con niveles elevados de mercurio.

Los hallazgos resaltan la necesidad de monitorear constantemente los humedales y los animales que los habitan, ya que los caimanes se han convertido en un indicador clave de la salud ambiental en Estados Unidos. La investigación subraya la urgencia de implementar estrategias para reducir la contaminación por metales pesados y proteger tanto a la fauna como a las comunidades humanas que dependen de estos ecosistemas.

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