El Hotel Plaza de Nueva York, escenario de una de las películas más queridas de los años noventa, vuelve a despertar la nostalgia cinematográfica. Con su experiencia Solo en casa: Diversión en Nueva York, el legendario hotel invita a los huéspedes a sentirse como Kevin McCallister, el intrépido protagonista de Mi pobre angelito 2: perdido en Nueva York.
Ubicado en la esquina de la Quinta Avenida con Central Park South, el Plaza ha sido durante décadas un símbolo de lujo, elegancia y cultura pop. Este icónico edificio, inaugurado en 1907, ha aparecido en más de una docena de películas, pero su fama alcanzó un punto culminante con el filme de 1991, donde Kevin, interpretado por Macaulay Culkin, vivía su aventura neoyorquina entre habitaciones de lujo, helados gigantes y una ciudad cubierta de nieve.
Reviviendo la magia del cine
El paquete “Solo en casa: Diversión en Nueva York” recrea los momentos más memorables de la película. La experiencia comienza con un recorrido en limusina de cuatro horas por los lugares emblemáticos que aparecen en el filme: el Empire State Building, el Rockefeller Center, el Radio City Music Hall, el Carnegie Hall y, por supuesto, Central Park.
Durante el paseo, los huéspedes disfrutan de una pizza grande de queso, tal como lo hacía Kevin en su limusina. El recorrido concluye en la suite del Plaza, donde les espera el punto más dulce de la experiencia: un sundae de 16 bolas de helado servido directamente en la cama, una referencia directa a una de las escenas más icónicas de la cinta.
El costo de esta experiencia exclusiva parte de 2.160 dólares, sin incluir impuestos, y varía según el tipo de habitación elegida. Si bien no es una experiencia económica, su atractivo radica en combinar lujo, cine y nostalgia en un solo paquete.
Una tradición navideña con propósito
Más allá del lujo, el Plaza mantiene un compromiso con la comunidad. Desde hace varios años, esta experiencia se realiza en colaboración con la Fundación Make-A-Wish, permitiendo que niños y familias vivan la magia del personaje de Kevin y la ilusión de las fiestas.
Cada Navidad, el vestíbulo del hotel se transforma en un escenario de película: árboles monumentales, luces doradas y decoraciones que evocan la atmósfera de Mi pobre angelito 2. Los visitantes suelen recorrer los pasillos recreando escenas, tomando fotografías y reviviendo la sensación de ser niños otra vez.
Incluso, algunos turistas recuerdan con humor la breve pero célebre aparición de Donald Trump, quien en la película ayuda a Kevin a encontrar la recepción del hotel.
Lujo, historia y espíritu festivo
El Hotel Plaza no solo ofrece este recorrido cinematográfico. Durante la temporada navideña organiza varias actividades abiertas al público: el encendido del árbol el 18 de noviembre, el tradicional té de Eloise en The Palm Court (a veces con la presencia de Papá Noel), y degustaciones de champán y caviar en el Champagne Bar. Además, los visitantes pueden adquirir artículos exclusivos en la boutique del hotel, un espacio que mezcla recuerdos, lujo y tradición.
En conjunto, el Plaza se consolida como un punto de encuentro entre la nostalgia cinematográfica y el lujo contemporáneo. Vivir esta experiencia es una forma de volver a la infancia, pero con el confort de uno de los hoteles más emblemáticos del mundo.
Porque, al final, pocos placeres se comparan con mirar Central Park desde una suite del Plaza, mientras disfrutas de una pizza y un helado gigantesco, tal como lo haría Kevin McCallister.

