La noche del miércoles 28 de julio, el sacerdote Stalin Freire, de la iglesia de Calderón, fue víctima de robo y violencia por parte de antisociales que delinquieron en este recinto al norte de Quito.
“Ha sido golpeado, agredido por cinco delincuentes armados, pero gracias a Dios está bien y es lo que agradecemos al Señor, la vida del padres”, manifestó Aldredo Espinoza, arzobispo de Quito.
El hecho se difundió en las redes sociales y se observa a la víctima con golpes causados con arma de fuego. “Me tumbaron, me amarraron. Después, cuando robaron todo, me desataron”, dijo.
Los ladrones se llevaron algunas pertenencias y dinero en efectivo. “Extranjeros ingresaron a su dormitorio a quitarle sus cosas: una computadora portátil, USD 80 y un teléfono celular”, manifestó la oficial de la Policía Nacional, Jadira Cuichán, encargada del circuito Calderón.
Los vecinos estaban indignados porque el párroco lleva poco tiempo en la zona y desde el principio se ha caracterizado por ser muy colaborador. “Se nos van las lágrimas a muchas personas, nos duele en el alma”, manifestó Carmelina Pozo.
Otro morador, Wagner Bolaños, se quejó que la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) fue destrozada en el paro de julio y eso ha generado más inseguridad en la zona. “Campea la delincuencia y los asaltos todos los días”.
La Policía Nacional, al momento, investiga los videos de seguridad del sector para dar con el paradero de los asaltantes.